La pasta blanca al horno es un plato contundente, rico y sabroso, preparado con pasta corta cubierta con calabacines, jamón cocido, mozzarella y salsa bechamel. Una variante más ligera de la clásica receta tradicional con la adición de puré de tomate y carne picada.
Perfecto para la comida del domingo, se puede preparar de muchas maneras, añadiendo sus verduras favoritas, salsas, embutidos y quesos. Deja volar tu imaginación, creando diferentes combinaciones y sabores.
Nuestra pasta al horno se cubre con un ragú de verduras y jamón y luego se gratina en el horno con salsa bechamel, parmesano rallado y mozzarella. El resultado es un plato cremoso por dentro y con una corteza dorada y crujiente por fuera que lo hace irresistible.
Algunas versiones más ligeras no incluyen la adición de bechamel, sino requesón ablandado. Se puede preparar una versión vegetariana omitiendo el jamón cocido y añadiendo quizás otro tipo de verduras.
Ingredientes
- 350 g de pasta corta como fusilli o cellentani
- 2 calabacines medianos
- 100 g de jamón cocido en dados
- 150 g de queso fresco fiordilatte o scamorza
- aceite de oliva virgen extra al gusto
- sal y pimienta al gusto
- 50 g de queso parmesano rallado
- PARA LA SALSA BECHAMEL
- 500 ml de leche entera
- 50 g de mantequilla
- 25 g de harina 00
- sal y pimienta al gusto
- nuez moscada al gusto
Cómo hacer pasta blanca al horno
- Preparar la bechamel: derretir la mantequilla en un cazo, añadir la harina y remover rápidamente para formar una crema. Añadir la leche, la sal, la pimienta y la nuez moscada y cocinar a fuego medio, removiendo, hasta que espese. Déjalo a un lado.
- Lavar, secar y limpiar los calabacines. Córtalos en cubos y haz lo mismo con la mozzarella y el jamón cocido. Poner a hervir abundante agua ligeramente salada.
- Calentar un poco de aceite en una sartén grande, añadir los calabacines y freírlos durante unos minutos. Sazonar con sal y añadir el jamón cocido. Cocer la pasta.
- Escurrir la pasta muy al dente y añadirla a la salsa de calabacín y jamón. Remover para mezclar los sabores.
- Cubrir el fondo de una fuente de horno con 1 ó 2 cucharadas de bechamel. Vierte la mitad de la pasta, añade la mozzarella en dados, un par de cucharadas de bechamel y un puñado de queso parmesano rallado.
- Completar con el resto de la pasta y repartir por encima toda la bechamel restante.
- Terminar con el parmesano y hornear a 200 grados durante unos 30 minutos. Retirar del horno, dejar reposar la pasta unos minutos y servir.
Consejos
- Para una versión más rica y sabrosa, puedes añadir ricotta tamizada a la bechamel. Como alternativa, puede utilizar alcachofas, espárragos, guisantes, calabaza o berenjenas en lugar de calabacines. El jamón cocido también puede sustituirse por su salami favorito, bacon, speck o salchichón.
- La pasta blanca al horno se puede congelar antes o después de la cocción.
- Haz que la bechamel sea fluida y más bien líquida, para que la pasta horneada quede cremosa y fundente, no seca y reseca.
- La pasta blanca al horno se conserva durante un día a temperatura ambiente o en el frigorífico durante 2-3 días en un recipiente hermético.
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